Una empresa japonesa “To-Genkyo” ha puesto en práctica un curioso método para que los consumidores puedan detectar si los productos que compran están en buen estado y son frescos. El invento, consiste en una etiqueta autoadhesiva en forma de reloj de arena con un pigmento especial, que se vuelve azul en el momento de su envasado.
Con el tiempo, la carne envasada va liberando amoniaco y el color de la etiqueta comienza a palidecer volviéndose gris y de esta forma nos indica que el producto esta pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario